Caracas-. El nivel que ha mostrado la LVBP, durante cada zafra, deja con pocas posibilidades a muchos jugadores que buscan debutar en el circuito. Leonardo Ferrini fue uno de los tantos beisbolistas que, aunque fue firmado por los Cardenales de Lara, nunca pasó del Programa de Desarrollo y debió buscar nuevos senderos hasta esperar una nueva oportunidad.

El manager de los Leones del Caracas, Harry Guánchez, comentó que la particular situación por la que atraviesa el circuito ocasionó que peloteros con el perfil de Ferrini tengan una motivación extra para demostrar que pueden honrar la oportunidad que reciben. El novato del Caracas comparte la apreciación del piloto.

“Sí, eso precisamente es así. Tenemos un chance que antes no se podía, porque era muy difícil subir al equipo grande, desde la (Liga) Paralela. Yo estuve con los Cardenales de Lara y nunca llegó la ocasión. Ahora me llegó mi oportunidad con la invitación que me hicieron los Leones”, relató Ferrini, de 30 años de edad.

El turno de jugar en la LVBP le fue esquivo por largo tiempo, ya que a pesar de haber firmado con los crepusculares y con los Azulejos de Toronto, ambos equipos lo dejaron libre. Con los canadienses jugó cuatro veranos, hasta ser liberado en 2010.

Ferrini es un apellido de origen italiano, así que llegó al oído del joven barquisimetano la idea de ir a jugar el país en forma de bota, aunque de italiano solo tenga una pizca.

“Mi tatarabuelo era italiano, de allí viene mi apellido. Yo cuando llegué allá, era un extranjero más que consiguió trabajo. De hecho, no me siento igual a esa cultura, porque allá son muy serios. No son bochincheros como nosotros los venezolanos”, contó. “Yo igual saqué mis papeles para poder jugar allá, porque soy venezolano”.

Aunque podría pensarse que la Liga Italiana de Beisbol es un refugio para peloteros viejos o casi en el retiro, Ferrini asegura que dista mucho de ese prejuicio y que tiene bastante dificultad por su manera de jugar.

“Es difícil mejorar un promedio al bate allá, porque se juega solo los fines de semanas, entonces si fallaste cuatro veces en el juego, debes esperar cinco o seis días más para recuperarte. No es el caso de los pitchers que ya están acostumbrados de lanzar con días de descanso, pero para el bateador es muy complicado”, mencionó. “Igual en los días entre semana nos encargamos de entrenar y mantenernos en forma, porque el beisbol allá es como un trabajo para nosotros los beisbolistas, pero para los italianos es algo fuera del trabajo”.

El bateador de las dos manos conoció y jugó en el San Marino al ex lanzador Víctor Gárate, quien esta temporada será el coach de banca del conjunto melenudo, lo que ayudó a Ferrini a reencontrarse con el beisbol venezolano, una vez más, y con la posibilidad de debutar.

“Víctor jugó conmigo y el mismo me llamó para saber si estaba interesado en unirme a Leones este año. Entonces me puso en contacto con Richard Gómez (gerente deportivo) y llegamos a un acuerdo de invitación, y aquí estoy luchando por debutar por fin en la LVBP”, contó Ferrini.

Leonardo Ferrini ha mostrado solvencia con el guante durante los entrenamientos

En las prácticas de los capitalinos, el recluta ha lucido muy bien con la defensa y el madero, tanto, que el mismo Guánchez lo postula para ser el encargado de cubrir la segunda base o campocorto, cuando inicie el campeonato. De cualquier forma, se ganó un lugar en el roster del club capitalino.

“Es un honor poder jugar en este equipo y que me haya dado la oportunidad de debutar en la LVBP. Yo soy un pelotero que sabe muy bien jugar a la defensa y de velocidad en las bases”, describió.

Ferrini nunca está alejado de Venezuela, aunque juegue varios meses en Europa, porque apenas termina la temporada se regresa con su familia en Barquisimeto.

“Yo voy solo para Italia. Es mi trabajo y aunque este solo allá, apenas termina me regreso con mi familia. Allá la comida es muy buena. Es increíble, pero no hay nada como el sentir de su nación, porque como te dije allá son muy serios y nosotros siempre andamos en una echadera de broma”, aseguró.

El idioma no fue un problema para Ferrini, porque le tomó un año aprenderlo y dominarlo en Italia. Ahora traerá el romanticismo del beisbol italiano a la cueva de los melenudos.